Debido a la necesidad de no querer someterse a un procedimiento quirúrgico, durante muchos años se ha tratado, por parte del que lo padece, de buscar métodos alternativos para disolverlos o eliminarlos. Entre lo que se ha utilizado podemos mencionar infusiones con pelos de elote, de cola de caballo, cascarilla de huevo y otras más que a muchos los ha llevado a perder su riñón por no recibir el tratamiento adecuado en el momento preciso.
La mayoría de cálculos menores a 5 mm de diámetro pueden salir por si solos en una gran parte de las veces todo dependerá de la anatomía y la forma del cálculo. Para estos casos con solo aumentar la ingesta de líquidos para aumentar el flujo ureteral de orina y controlar el dolor son suficientes medidas para esperar que la pequeña piedra salga.
Por el contrario si el cálculo tiene pequeñas dimensiones pero provoca dolor difícil de controlar, obstrucción completa asociada a infección o cambios anatómicos importantes, es muy necesario extraerlo, y para ello podemos utilizar diferentes métodos.
La decisión de utilizar uno u otro método dependerá de:
1. La habilidad del cirujano y su preparación.
2. El tamaño y ubicación del cálculo
3. La tecnología con la que se disponga en ese momento y lugar
4. Los costos del procedimiento
Entre los procedimientos que podemos utilizar hay una gran gamma y al momento contamos con casi toda la tecnología en nuestro medio para poder utilizarlos.
Cirugía Abierta:
Estos son los procedimientos relativamente menos costosos, porque son los que menos tecnología utilizan. A través de una incisión abdominal o en la región lumbar (espalda) podemos tener acceso a riñones, uréter o vejiga para poder extraer los cálculos teniendo tasas de éxito elevadas. La desventaja es que al realizar una herida el dolor es mayor y el tiempo de recuperación se prolonga más.
Litotripsia Extracorporea por Ondas de Choque:
Este es un procedimiento que se realiza en forma ambulatoria utilizando sedo analgesia o algún tipo de anestesia, ya sea por bloqueo regional o general.
La persona se acuesta en una mesa especial que se adapta a la máquina, la cual tiene un cañón que genera ondas eléctricas que chocan contra la piedra para destruirla. La piedra se localiza utilizando rayos X o ultrasonido.
La efectividad del procedimiento depende de la ubicación del cálculo, de la consistencia y el tamaño de este. A menor tamaño, más cercano al riñón y menos duro la probabilidad de tener éxito completo con un tratamiento es mayor.
Dar más de dos tratamientos no es muy recomendable ya que puede, con los años, haber fibrosis de hígado, daño al páncreas o intestinos. Debido a ello al momento actual se recomienda no repetir muchos tratamientos para una piedra y tratar de realizarlo cuando el cálculo sea menor de 2 cms. de diámetro y las probabilidades de éxito con un solo tratamiento sean altas.
Cirugía Endoscópica:
En este tipo de cirugía podemos tratar cualquier tipo de cálculo independientemente de su consistencia, tamaño o ubicación.
Para poder realizarla se necesita endoscopios que son instrumentos que nos permiten la visualización a través de ellos y al mismo tiempo tienen canales de trabajo que nos permiten introducir equipo para la destrucción o remoción de ello. Endoscopios hay de dos tipos a saber flexibles y semirrígidos. Ambos son de gran utilidad y dependiendo de la ubicación del cálculo se escoge el que se utilizará.
Los endoscopios se introducen por la uretra (tubo por donde se orina) se alcanza la vejiga y de ahí se orienta por el uréter hasta alcanzar el cálculo. Cuando este se encuentra en riñón y es de gran tamaño o está asociado a otras anomalías se puede realizar la extracción vía percutánea en la cual a través de una pequeña incisión de 5 mms. en la espalda se alcanzan las cavidades del riñón permitiendo la destrucción de este.
Para poder destruir la piedra se puede utilizar desde litotriptores mecánicos, electrohidráulicos, neumáticos, ultrasónicos hasta laser.
La utilización de este tipo de procedimientos es ventajosa ya que no se realizan heridas o si las hay son muy pequeñas le permite a las personas incorporarse a sus qué haceres en un par de días y la frecuencia de complicaciones es muy baja.
Cirugía Laparoscópica:
Este tipo de cirugía se realiza con el paciente bajo anestesia general, realizando una serie de pequeñas heridas en el abdomen de 5 a 12 mms. por medio de las cuales se introducen a la cavidad del abdomen o a la región lumbar unos trocar (tubos) utilizándolos para introducir un lente adaptado a una cámara y diferentes equipos para poder extraer los cálculos realizando incisiones en el riñón o en el uréter.
Este tipo de cirugía también permite una rápida recuperación e incorporación a las actividades diarias, pero en lo personal no es de mi elección ya que el utilizar la cavidad abdominal para realizar el tratamiento estamos tocando un sitio que nada tiene que ver con el problema y puede traer complicaciones posteriores mayores como son adherencias, fistulas, hernias etc. pero se pueden obtener tasas de éxito muy altas.
Algo importante que recalcar es que cuando se presentan cálculos complejos o muy duros se hace necesario realizar más de un procedimiento o tipo de procedimiento para poder eliminar por completo el problema. Algunas veces es imposible tener éxito a la primera y se hace indispensable decirlo para no crear falsas expectativas ni pensar que se ha debido a la impericia del facultativo que los está tratando.